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Conversamos con Jorge Cervantes, leyenda internacional del cultivo de cannabis e impulsor de la comunidad

Adriano Barei

Una de las mejores formas de crecer cannabis es con comunidad, pero qué mejor comunidad que una abierta a enseñar a las nuevas generaciones y primerizos.

Comunidad es también una de las piedras angulares de Wildflower Magazine, y con mucho honor compartimos esta entrevista con Jorge Cervantes, quien actualmente está entrando en su quinta década escribiendo libros y artículos para el cultivo de cannabis y es una leyenda internacional del cultivo de cannabis y nuestro vecino en Barcelona. 

Ha publicado más de 50 libros y series de videos en 8 idiomas diferentes. En 2023 lanzó We ¡Cultivamos Cannabis! una guía de cultivo completamente GRATIS con más de 100 páginas y 270+ imágenes de alta calidad, que puedes descargar desde su página web Jorge Cervantes.

Así que sin más dilación, compartimos con vosotros las palabras del maestro.

 

 

Jorge Cervantes

 

Wildflower Magazine: ¿Qué nos puedes contar de tu experiencia internacional y por qué has decidido quedarte en Barcelona?

Jorge Cervantes: Estudié en la Universidad de Valencia a principios de los 70, sí, cuando Francisco Franco, el Caudillo, aún firmaba sentencias de muerte. Lo curioso es que disfruté de más libertades personales aquí en España que en mi ciudad natal, Ontario, Oregón, Estados Unidos. 

Me encantó estar en España y tuve la suerte de aprender español básico durante el año que pasé en el país. Durante los años siguientes, volví a la Península muchas veces. Me llamaron mucho la atención los cambios que se produjeron después de noviembre de 1975, cuando murió Franco. Recuerdo estar esperando para usar el cajero automático en el banco y ¡la gente estaba fumando porros! 

Mi viaje cannábico comenzó en la costa oeste de EEUU. Cultivé varios años en Santa Barbara, California, y más tarde en los estados de Oregón y Washington. Vendí mi cosecha el último año que cultivé en Santa Bárbara y viajé a México, Centroamérica y finalmente a Sudamérica. Estuve varios meses en Chile, de donde era mi socio. Por aquel entonces Pinochet era el dictador. Después de este viaje, supe que ya no encajaba en Estados Unidos.

A finales de los 70 y principios de los 80 empecé a cultivar en mi sótano de Portland (Oregón). Afortunadamente, siempre tuve un pulgar verde. Aquí lo llaman dedos verdes. Empecé a hacer preguntas en las nuevas tiendas de hidroponía/HID que estaban apareciendo por aquel entonces. Me di cuenta de que muchos de los propietarios y empleados realmente no sabían de qué demonios estaban hablando. Es entonces cuando empecé a escribir. Escribí Indoor Marijuana Horticulture y lo auto publiqué en 1983. Pronto empecé a escribir artículos de fondo para la revista High Times y también para la revista Sinsemilla Tips. Hay una gran historia ahí, pero me centraré en la cuestión que nos ocupa.

La gente/ cultivadores seguían inventando historias falsas sobre el cannabis y las semillas de cannabis, incluyendo genética y su origen. Empecé a pasar mucho tiempo con Neville Shoenmacher propietario del Seeds Bank en Holanda. Pronto conocí a Kees, que fundó el Super Sativa Seed Club (SSSC) y Vernard Broening, que fundó Mellow Yellow, considerado el primer coffeeshop de los Países Bajos. Viajé mucho por Europa y EE.UU. durante esos años.

Durante el apogeo del cultivo de cannabis, a mediados de los noventa.me trasladé del estado de Washington a Burnaby, un suburbio de Vancouver, Columbia Británica, Canadá, Aprendí mucho, pero odiaba el clima. Al cabo de un año y medio, decidí trasladarme a Amsterdam, Holanda. Fue genial durante casi dos años. Podía ir a los cafés y había cultivadores por todas partes. Pero el gran problema era el clima.

Siempre participaba en la Cannabis Cup patrocinada por la revista High Times en Amsterdam y un año empecé a oír español, ¡Mucha gente hablaba castellano! Eso fue a finales de los 1990s. Hice varios amigos cultivadores de España. Me dijeron que el movimiento cannábico acababa de empezar allí y que debería ir a ver cómo era. Pensé: "¡Esto es pan comido!". El clima es excepcional, la gente es agradable y tengo un lugar allí. Así comencé a escribir y a salir con el personal de la revista Cáñamo.

Llevaba un mes en Barcelona cuando me pidieron que diera una conferencia en la FNAC de Plaça Catalunya. Todos los asientos del auditorio principal estaban llenos y había gente de pie por todas partes. El telediario nacional cubrió el acto, lo que me puso un poco nervioso. En Estados Unidos lo pasé muy mal. La policía me seguía, me visitaba, hacía todo lo posible por intimidarme. No estaba acostumbrado a tener la libertad de hablar públicamente sobre el cannabis. 

Por alguna razón el informe de noticias sobre mi conferencia se reprodujo en la televisión 4-6 veces al día durante dos semanas. Todo el país sabía quién era yo. Al principio fue desconcertante, pero al cabo de unos días me acostumbré a la fama. Debo decir que fue estupendo que todo el mundo me aceptara aquí. Aquí podía ser profesor, ayudar a la gente a cultivar más y mejor cannabis. En Estados Unidos, mi país de origen, me trataban como a un criminal repugnante que estaba arruinando la sociedad. La elección fue sencilla: ¡me encanta estar aquí!

 

 

Jorge Cervantes

 

Wildflower Magazine: ¿Cuál es tu recomendación/consejo/mensaje a la comunidad cannábica internacional para los próximos años?

Jorge Cervantes: Cultiva tu propio cannabis e impulsa la comunidad. Una vez que América del Norte (Canadá y EE.UU.) legalizó el cannabis, el dinero y los bancos entraron en la ecuación. Las grandes empresas entraron en el mercado. La mayoría de estas empresas están preocupadas por el beneficio y no se preocupan por ayudar a la gente. Sólo quieren dinero. 

Se crearon muchas pequeñas empresas y empezaron a competir vendiendo cannabis. Se produjo la euforia de la libertad de cultivar y muchos cultivadores se dejaron llevar por esa sensación. Muchos de ellos tuvieron unos cuantos años rentables y se creyeron invencibles. Entonces aparecieron las grandes empresas. Puedes competir con las grandes empresas si quieres. Las grandes empresas no desaparecerán, están aquí para quedarse. 

La mayor parte del cannabis "comercial" que se cultiva en las grandes granjas no tiene la misma calidad que el que se puede cultivar en casa. Además, a menos que se someta a pruebas completas y precisas, el cannabis que producen podría estar fácilmente contaminado con productos químicos peligrosos y otras sustancias. En resumen, ¡la mayoría cultiva mala hierba!

 

 

 

Wildflower Magazine: ¿Algún consejo en particular para los autocultivadores?

Jorge Cervantes:  Planta hoy. Cultiva todo lo que necesites para ti y unos cuantos amigos. Cultiva bajo el sol natural al aire libre o en un invernadero si es posible. No robes electricidad. Si tienes que cultivar en interior, utiliza luces LED. Pasar tiempo en el jardín es bueno para el alma.

Wildflower Magazine: ¿Cuál es tu Landrace favorita y por qué?

Jorge Cervantes: Según la Universidad de Cambridge "Una variedad autóctona es una población dinámica (s) de una planta cultivada que tiene origen histórico, identidad propia y carece de mejora formal de los cultivos, así como a menudo son genéticamente diversos, adaptados localmente y asociados con los sistemas agrícolas tradicionales".

En realidad, hoy en día existen pocas variedades autóctonas verdaderas. El término "Landrace Genetics" se utiliza en exceso y a menudo de forma errónea. La mayoría de las personas que utilizan el término/palabra han aprendido el significado recientemente. Conozco pocas cepas/variedades/cultivares verdaderamente autóctonos disponibles en la actualidad. De hecho, el cannabis landrace normalmente denota una ubicación geográfica. Algunos ejemplos son: Acapulco (México) Gold, Afghani (Afganistán), Columbian Gold, Durban (Sudáfrica) Poison, Hindu Kush (Montañas Kush), Lamb's Bread (Jamaica), Panama Red, Thai. La geografía es el punto principal aquí.

Siempre me gustó la Popo Blue que fumábamos en la Universidad de las Américas en Cholula, Puebla, México. El cultivar llevaba el nombre del volcán Popocatépetl, que se puede ver desde la ciudad, y donde se cultivaba. Recuerdo que el aspecto del Popo Blue cambiaba, dependía exactamente del lugar donde se cultivaba.

 


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